Una victoria en casa ante un Aston Villa que llegaba fortalecido y confiado por sus últimos resultados, era justo lo que el Liverpool de Arne Slot necesitaba. El equipo mostró un rendimiento más equilibrado, una presión mejor coordinada y, sobre todo, una clara mejora en la conexión del mediocampo. Un triunfo que podría marcar el punto de inflexión que tanto necesitaban los Reds.
Mohamed Salah tuvo su mejor actuación de la temporada, marcando su gol número 250 para Liverpool, y no fue el único: Alexis Mac Allister volvió a brillar como no lo hacía desde que Liverpool se proclamó campeón, mientras que Andrew Robertson demostró que, al menos por ahora, sigue siendo la mejor opción en el lateral izquierdo.
La alineación estuvo conformada, en su mayoría, por los mismos jugadores que conquistaron el campeonato la temporada pasada, con dos nuevas incorporaciones en los extremos: Giorgi Mamardashvili en la portería y Hugo Ekitiké liderando el ataque. Además, Ryan Gravenberch regresó tras la lesión sufrida ante el Manchester United y demostró por qué es una pieza clave en el equipo, marcando su tercer gol de la temporada.
Este encuentro marcó la primera vez desde el empate 3-3 ante Brentford en 2021 en la que Liverpool realizó solo una sustitución durante el partido, una muestra de la confianza de Arne Slot en el once titular y del control que el equipo mantuvo sobre el juego. Aston Villa, por su parte, apenas logró generar peligro dentro del área rival con solo cuatro remates, siendo este el tercer registro más bajo frente a los Reds en lo que va de la temporada, solo por encima de Frankfurt (tres) y Burnley (uno).
Lo que sigue
Ganar este encuentro era fundamental, aunque eso no significa que los errores o las situaciones que provocaron la reciente caída del Liverpool hayan desaparecido mágicamente o deban ignorarse. Sin embargo, este resultado podría ser justo lo que el equipo necesitaba para recuperar la confianza y encender nuevamente esa sed de campeón que lo ha caracterizado.
A los Reds les esperan dos partidos que no serán nada fácil: Real Madrid llega a Anfield la noche del martes en la Champions League. Y Liverpool hace el corto viaje hacia el Etihad la tarde del domingo.
Vale la pena destacar el papel de los fanáticos en Anfield, que estuvieron simplemente excepcionales. Sus cánticos dedicados a Arne Slot, Mohamed Salah y Virgil van Dijk sirvieron como una poderosa muestra de apoyo y como recordatorio de que las voces anónimas en redes nunca deberían tener más peso que la pasión y la lealtad de los verdaderos seguidores. Porque, sin importar si truena, llueve o relampaguea, el espíritu del Liverpool siempre ha sido mantener la cabeza en alto mientras se atraviesa la tormenta.
Así que como cantaban los fans anoche, la mantra para esta semana es: "Don't worry about a thing, cause every little thing gonna be alright".