Es apenas la quinta vez en la historia de la liga inglesa que el Liverpool arranca con cinco victorias consecutivas, logro que antes solo había conseguido en las temporadas 1978/79, 1990/91, 2018/19 y 2019/20. En dos de ellas (1978/79 y 2019/20, esta última con un total de 98 puntos), los Reds se coronaron campeones, mientras que en la 2018/19 quedaron a un solo punto del Manchester City (98 contra 97). Además, este derbi de Merseyside marcó el partido número 39 consecutivo en el que el Liverpool consigue anotar.
El Liverpool, que disputó tres partidos en apenas seis días, llegó al derbi de Merseyside con solo 62 horas de descanso y preparación, frente a un Everton que contó con seis días completos para alistarse. Aun así, muchos críticos señalan que los Reds arrancaron de manera excepcional en el primer tiempo, pero luego bajaron la intensidad y cedieron demasiado terreno al Everton en la segunda mitad, críticas que en gran medida pasan por alto el desgaste acumulado por el apretado calendario y un kick-off de medio día gracias a las televisoras.
30 minutos de buen fútbol
Liverpool nos regaló 30 minutos de gran fútbol, donde su desempeño habló por si solo y el equipo tuvo una fluidez que hemos visto muy poco en lo que va de la temporada, esto tal vez porque el Everton salió a jugar en lugar de limitarse a “parquear el camión”, como en derbis pasados. Mérito para Moyes y, sobre todo, para Grealish, quien tuvo un muy buen partido. En contraste, los últimos 60 minutos los Reds se dedicaron a conservar energía y correr con el tanque medio vacío.
Y ahí surge la pregunta: ¿tiene el Liverpool un problema de motivación o de rendimiento cuando va ganando 2-0 La respuesta parece ser que sí, al menos en parte. Sin embargo, lo que realmente ocurre es que los rivales, sin haber creado demasiado, se mantienen con vida y logran acercarse en el marcador gracias a las pocas oportunidades que encuentran.
La duda persistirá hasta que los de Anfield logren ponerse dos goles arriba y cerrar el partido de manera rutinaria, aburrida y sin drama. Y es frustrante, porque durante los primeros 30-35 minutos los Reds fueron muy, muy superiores: el Everton no tuvo llegadas de peligro.
Por fortuna, Ryan Gravenberch se encuentra en su mejor momento. Este fue apenas el sexto partido de su carrera en el que termina con gol y asistencia, y el primero con el Liverpool. Por tercer encuentro consecutivo y se ganó el premio de el jugador del partido. Pensando en esto, nadie tuvo un mal desempeño individual, tampoco el equipo en conjunto, entonces ¿de dónde viene tanto nerviosismo?
Si algo queda claro es que la victoria en realidad nunca estuvo en duda. Como dato curioso, David Moyes ya es oficialmente el técnico con más partidos de Premier League sin ganar en un mismo estadio: 21 en Anfield. Antes compartía ese récord con él mismo, por sus 20 visitas sin triunfo a Stamford Bridge.
Lo que sigue
Liverpool enfrentará este martes al Southampton en la EFL Cup, un partido en el que probablemente veamos una rotación más amplia y la oportunidad de brillar para jugadores con pocos minutos en estos primeros seis encuentros. En la Premier League, los Reds visitarán al otro invicto de la competición, el Crystal Palace, en Selhurst Park, Londres.