Liverpool vs Brighton - Resumen
Liverpool suma cinco partidos invicto, ¿pueden creerlo? El equipo comienza a verse sólido y confiado y la temporada está aún muy lejos de terminar.
Liverpool sufrió su primera derrota de la temporada en la jornada 6 de la Premier League, frente a un Crystal Palace sólido y bien organizado. Una caída merecida que podría convertirse en una valiosa lección.
¿De que manera comienzo a escribir el resumen de la primera derrota de Liverpool? Será el bajo nivel de Mo Salah en lo que va de la temporada, el mediocampo que Florian Wirtz todavía no logra transformar, los lapsos de concentración de Ibrahima Konaté ¿ya con la mente en Madrid?, o la creatividad perdida desde la que de Trent decidió partir al mismo club español. Y si nada de eso basta, siempre quedará el arbitraje: ese primer gol de Crystal Palace nació de un córner que debió ser saque de meta.
Para nada, hoy no es día para buscar culpables, pero díganme, que nos dice la imagen que encontrarán a continiuación, es la posición promedio del equipo durante el primer tiempo.
La imagen deja algo evidente: Liverpool jugó un primer tiempo demasiado apretado, sin abrir la cancha y con muchos jugadores amontonados en el medio. No esta nada claro que era lo que intentaban hacer, la formación se supone tendría a Wirtz (#7) del lado izquierdo, pero quedó como al centro, muy pegado a Gravenberch (#38) y a Mac Allister (#10), lo que generó un embudo en el centro y poca claridad para avanzar. Kerkez (#6) casi no se soltó al ataque, y Bradley (#12) se mostró muy por detrás, en la derecha, lejos de Salah (#11).
Isak (#9) apareció aislado, y sin apoyo cercano, mientras que Salah tampoco tuvo socios que lo ayuden a explotar su velocidad. El equipo se mantuvo compacto, sí, pero más por necesidad que por intención: esa acumulación en el medio lo volvió lento y predecible, sin la profundidad necesaria para abrir a Crystal Palace.
Sé que no es lo ideal juzgar solo por la posición promedio del equipo, pero la primera mitad del encuentro resume perfectamente nuestros problemas actuales, igual que lo hacen las estadísticas de pases. Liverpool completó tres veces más pases que el Crystal Palace, pero terminó perdiendo 10-5 en pases exitosos dentro del área rival. Y lo más alarmante: después de haber concedido solo una ocasión clara en los últimos cuatro partidos, en esta primera parte permitieron cuatro, y fue solo gracias a Alisson que ninguna de esas resultó en gol.
El panorama cambió en la segunda mitad. Aunque en las últimas semanas la narrativa entre los aficionados de Liverpool ha sido que Gakpo no encaja en este equipo, da la sensación de que todo funciona mejor cuando él está en el campo. Los Reds empezaron a mostrar una cara distinta y, justo cuando el empate parecía estar cerca, llegaron las sustituciones, obligando al equipo a reconstruir su juego desde cero.
No pasó mucho tiempo para que Federico Chiesa encontrara el empate y, cuando todo apuntaba a que no perderíamos tres puntos sino que rescataríamos uno, concedimos un saque de manos en nuestro propio campo. De ahí nació la jugada que le dio a Crystal Palace la oportunidad de llevarse el partido, justo como nosotros lo habíamos hecho antes, en el minuto 90+7.
No hay mucho de qué quejarse: incluso con la victoria del Arsenal sobre el Newcastle seguimos siendo líderes de la tabla. Tal vez esta derrota llegó en el momento justo, como una llamada de atención para ajustar y volver a intentarlo.
Ahora el Liverpool se prepara para un viaje largo a Turquía, donde lo espera el Galatasaray este martes por la Champions League. Un escenario hostil, pero también una oportunidad para salir a jugar sin la misma pregunta de siempre: cómo romper un low block.
Liverpool suma cinco partidos invicto, ¿pueden creerlo? El equipo comienza a verse sólido y confiado y la temporada está aún muy lejos de terminar.
Con un penalti y una actuación contundente, el Liverpool logra callar el ruido provocado por los últimos resultados y la polémica desatada por el número 11, y se lleva una importantísima victoria en San Siro en su camino por la Champions League.
Un penalti innecesario y un rebote de último minuto permitieron al Leeds empatar el encuentro no una, sino dos veces, mientras Mo Salah añadió más controversia con declaraciones incendiarias tras el partido sobre su situación en el banquillo.
Liverpool sumó un punto —o perdió dos, según cómo se mire— en un partido duro, marcado por un momento complicado del equipo y por un arbitraje que permitió mayor fluidez al rival, mientras interrumpía con frecuencia el juego del conjunto local.