Las narrativas
Liverpool salió victorioso de Turf Moor, donde se topó con un auténtico muro defensivo. Burnley se mostró bien organizado en su propia mitad, complicándole las ideas a los Reds y provocándoles más de un dolor de cabeza. Un partido así da pie a distintas narrativas: según de qué lado se mire, ya sea como aficionado del Liverpool o como seguidor de un rival, habrá una narrativa que resulte más convincente que la otra.
La narrativa rival
Liverpool tuvo suerte: necesitó de un tiro penal y de una tarjeta roja para superar al Burnley, rival al que incluso el Manchester United con todos sus problemas, logró vencer con relativa facilidad 3-2 en Old Trafford. Mo Salah parece acabado; apenas suma un gol en jugada y el otro llegó desde los once pasos. Se le nota cansado, falto de ideas, y quizá nunca debieron renovarle el contrato. Hoy ocupa una posición que debería ser para un jugador más creativo y con la velocidad que el egipcio ha ido perdiendo con los años. Nadie sabe cuánto más durará la fortuna del equipo de Arne Slot, pero está claro que no pueden sostenerse así tras los millones invertidos. Un verdadero campeón habría arrasado con el Burnley sin necesidad de tanto sufrimiento.
La narrativa del fan de Liverpool
Se reconoce el gran trabajo defensivo que planteó el Burnley; al final, fue un buen partido de práctica para lo que le espera al conjunto rojo (¿verde?) en la próxima semana, con duelos ante Atlético de Madrid y Everton, que podrían ser igual de exigentes.
Aun así, cuando tu único objetivo es llevarte un empate, necesitas estar concentrado al 100%. Un equipo de la talla del Liverpool ataca con todo su poder, y basta un solo error para pagarlo caro. Si te arriesgas a conformarte con el 0-0, quizás merezcas ser castigado en el último minuto con un penalti. Y las cifras lo respaldan: 27 llegadas de Liverpool contra apenas 3 de Burnley. Para ponerlo en perspectiva, Virgil van Dijk completó el doble de pases que todo el Burnley logró en campo rival. Claramente, el Burnley no salió a jugar fútbol, sino a resistir.
En cuanto a Mo Salah, es cierto que no ha iniciado la temporada al nivel al que nos tiene acostumbrados. Ha perdido a su socio creativo en Trent y, lo más doloroso, a su gran amigo Diogo Jota, cuya trágica e inesperada muerte pudo haber dejado una huella profunda en el llamado “Rey de Egipto”. No sabemos cuánto lo está afectando en lo personal, pero aún queda tiempo para que vuelva a brillar. Al fin y al cabo, si hay alguien en este equipo que año tras año ha sabido silenciar bocas y demostrar de qué está hecho, ese es Mo Salah.
La auténtica fortuna para el Liverpool fue que Alexis Mac Allister no resultara lesionado de gravedad tras una entrada que, por momentos, parecía sacada de una película de terror. La dura barrida vino precisamente del mismo jugador que acabaría expulsado 55 minutos más tarde.
Sin Isak, no hay fiesta
La gran decepción del día fue, sin duda, la ausencia de Alexander Isak. El nuevo y flamante número 9 del Liverpool no apareció en Turf Moor, cuando muchos esperaban al menos verlo en los últimos 10 o 15 minutos. Para sorpresa de la afición, el delantero sueco ni siquiera hizo el viaje a Burnley.
Arne Slot explicó que prefirieron darle una semana completa de entrenamiento en lugar de limitarlo a unos pocos minutos de juego. Sin embargo, el técnico aseguró que Isak estará disponible para el choque frente al Atlético de Madrid en la Champions League, lo que abriría la puerta a un debut soñado en Anfield.
Lo que sigue
A Liverpool le esperan unas semanas bastante intensas con 5 partidos en apenas dos semanas, siendo el próximo su debut en la Champions League, nada menos que contra el Atlético de Madrid de Diego Simeone. Y lo más emocionante: el posible debut de Alexander Isak. Será una verdadera prueba de fuego para los Reds, que deberán demostrar si están listos para sostener el ritmo, responder a las expectativas y confirmar que este proyecto de Arne Slot puede competir al más alto nivel, le guste a quien le guste.