Liverpool regresa a casa con una victoria importante y bien merecida, aunque no sin pagar un costo elevado. El partido dejó varias secuelas físicas y disciplinarias: Connor Bradley tuvo que ser sustituido al medio tiempo tras un choque con Djed Spence; Florian Wirtz abandonó el campo cojeando, aunque existe la esperanza de que solo haya sido un calambre; y Dominik Szoboszlai vio una tarjeta amarilla difícil de explicar que lo dejará fuera del próximo compromiso de los Reds. Además, Alexander Isak, quien había ingresado en el segundo tiempo y marcado gol, tuvo que salir posteriormente tras una fuerte barrida de Micky van de Ven, una acción que bien pudo haber sido otra expulsión. El delantero sueco se convirtió así en apenas el segundo jugador en la historia del club que entra de cambio, anota y es sustituido en el mismo partido, después de Benayoun en 2009 ante el City.
Debo confesar que hasta ahora solo había visto un par de encuentros del Tottenham esta temporada, por lo que desconocía por completo el nivel de agresividad con el que juega este equipo. Al revisar su balance de faltas, los datos resultan preocupantes: hasta la jornada 17, el conjunto londinense presenta un registro negativo en el 76% de sus partidos (13 de 17), con un balance general de -51 faltas. En las pocas ocasiones en que han logrado terminar en positivo, el margen ha sido apenas de +1, nada significativo. En cambio, son frecuentes los partidos con balances claramente desfavorables, de -6 o -7. A la luz de lo ocurrido anoche, estas cifras cobran mucho más sentido. Hasta la fecha 17, los Spurs acumulan 46 tarjetas amarillas y 2 rojas, muy por encima de Arsenal (22), Newcastle (24) y Liverpool (33).
La tarjeta roja de Xavi Simons se convirtió en la expulsión más temprana que sufre un rival de Liverpool como visitante desde que Nick Pope fue expulsado con el Newcastle en 2023. Si se retrocede aún más, la anterior expulsión tan temprana en campo rival con el marcador 0-0 fue la de Jack Rodwell en el derbi de Merseyside de octubre de 2011.
Después, al inicio del segundo tiempo, Isak entra por Bradley y llega el primer gol en la primera secuencia ofensiva de Liverpool en la que participaron juntos Hugo Ekitike, Alexander Isak y Florian Wirtz.
Al poco tiempo, Hugo Ekitiké marcó su octava anotación con Liverpool esta temporada gracias a un buen centro de Jeremie Frimpong. Cabe destacar que, dentro de la agresividad desmedida que mostró el Tottenham anoche, ambos fueron víctimas de Richarlison: primero, al ponerle las manos en el cuello al delantero francés cuando este se encontraba en el césped tras resbalar, y luego al propinarle un codazo a Frimpong, quien terminó ensangrentado de la boca y tuvo que ser sustituido por Chiesa.
En partidos con superioridad numérica temprana, los Reds habían ganado 2-0 en cuatro de los cinco encuentros previos en los que el rival vio una roja antes del minuto 45. En este caso, el Tottenham, ya con diez hombres, apenas logró dos disparos en los primeros 50 minutos tras la expulsión, aunque luego encontró cuatro más en medio del caos que desembocó en su gol.
Ese tanto de Richarlison fue el undécimo que Liverpool concede tras un tiro de esquina en la liga esta temporada, una cifra que no se veía desde la campaña 2016/17, cuando recibieron 12 en todo el curso.
Arne Slot parece haber entendido que su equipo rinde mejor en partidos de pocas ocasiones que en encuentros caóticos y desordenados como varios de los que ha disputado esta temporada. La consigna fue clara: cerrar el partido, conceder menos y asegurar los puntos. No fue un espectáculo atractivo, pero sí lo que Liverpool necesita ahora para encontrar mayor equilibrio. De ahí una primera parte lenta, controlada y poco vistosa, y una segunda mitad con más posesión, más toques en el área rival y casi el doble de pases de los que Tottenham completó en todo el encuentro.
No hace mucho, Liverpool perdió 2-1 ante los Spurs tras sufrir dos expulsiones y quedarse con nueve hombres, en un partido definido únicamente por un desafortunado autogol de Matip en el 90+6. Por eso, la victoria de anoche por 1-2 se acepta sin reparos frente a un Tottenham que quiso convertir el partido en un ring de MMA y que, perfectamente, pudo haber terminado con solo siete jugadores en la cancha.
