El Liverpool prolonga su desafortunada racha como visitante en la Premier League tras caer ante un Manchester City que celebraba los 1,000 partidos de Pep Guardiola como entrenador. Y aunque nadie gana la liga en noviembre, este resultado deja claro que será complicado aspirar a algo más que asegurar un lugar entre los primeros cuatro de la tabla.
Si la mañana antes del partido alguien me hubiese ofrecido la posibilidad de limitar al City a 0.81 goles esperados, excluyendo penales, en su propio estadio, y además sumarle un par de ocasiones claras de gol al equipo visitante, habría intercambiado esa estadística por mis posesiones más preciadas. Sin embargo, con esos mismos números, acabo de ver a mi equipo perder 3-0, mientras un gol clarísimo fue invalidado por los árbitros de Manchester.
La misma dupla encargada del arbitraje y del VAR en este partido: Chris Kavanagh y Michael Oliver, respectivamente, ha validado en dos ocasiones goles similares a favor del City:
El primero: ocurrió en el Molineux Stadium contra los Wolves, en la temporada 2024/25, cuando un gol en el último minuto le dio al Manchester City una victoria crucial. ¿El árbitro? Chris Kavanagh. ¿Y de dónde es Chris Kavanagh? De Manchester. Algo que, curiosamente, nunca se ve: un árbitro de Merseyside oficiando un partido del Liverpool o de alguno de sus rivales directos.
El segundo: Gol de Nathan Aké contra Fulham, la pelota pasa junto al jugador de City, Manuel Akanji, quien se encuentra claramente fuera de juego y aún así hace una finta hacia la pelota, no la toca, pero su finta es suficiente para engañar al portero de Fulham y también debería ser suficiente como para considerarse que Akanji interfiere con la jugada de manera directa aún estando en fuera de juego, sin embargo, el gol es válido a favor de Manchester City, ¿el árbitro? Michael Oliver.
Odio sonar como los conspiranoicos, pero en los casi diez años que llevo siguiendo al Liverpool de manera casi religiosa, he aprendido que existe cierto menosprecio y, por qué no decirlo, hasta odio hacia Merseyside, una actitud que se remonta a la era del tatcherismo y que, lamentablemente, también se refleja en el fútbol. Esa animadversión parece ser aún más marcada hacia el Liverpool FC, especialmente desde tragedias como los desastres de Heysel y Hillsborough, lo que hace que todo resulte no solo injusto, sino profundamente cruel.
Y eso no es todo. En los últimos años hemos visto de todo. Basta recordar aquella jugada de Doku sobre Mac Allister durante la última temporada de Jürgen Klopp al mando del Liverpool, cuando no se señaló un clarísimo penal a favor de los Reds. La justificación fue que “ambos jugadores fueron por la pelota en alto”, pero lo cierto es que el único que realmente lo hizo fue Doku, quien terminó impactando a Mac Allister en el pecho con los tacos de frente. ¿El referí? Una vez más Michael Oliver.
Pero este si fue penal anoche, a pesar de dar un paso más después de un contacto mínimo con la pierna de Mamardashvilli, Doku pierde el control y es marcado como penalty por el VAR.
Además de todo esto, hemos sido testigos de cómo David Coote —quien hace unas semanas se declaró culpable por posesión de material explícito que involucra a menores— en sus fiestas se refería a Jürgen Klopp como "alemán hijo de €%&@" donde además decía que “Liverpool FC son una mierda”. El video fue grabado días después de que el mismo Coote le negara un gol clarísimo al Liverpool contra el Everton, además de tomar otras decisiones cuestionables en contra del equipo. ¿Recuerdan la mano de Martin Ødegaard en el Arsenal vs Liverpool en Anfield durante la temporada 2023/24? David Coote era el árbitro en esa ocasión.
O la más infame de todas: Coote fue el encargado del VAR en el derbi de Merseyside en Goodison Park, durante la temporada disputada bajo las restricciones del COVID. Aquella tarde, una entrada brutal, peligrosa y completamente a destiempo de Jordan Pickford sobre Virgil van Dijk le costó al defensor neerlandés el resto de la temporada, tras sufrir una rotura del ligamento cruzado anterior, una de las lesiones más graves que puede padecer un futbolista.
Todos esperábamos una sanción inmediata para el portero del Everton, pero más tarde se informó de que Coote OLVIDÓ comprobar si se merecía una tarjeta roja.
Michael Oliver, árbitro de ese día, admitió posteriormente que debería haber expulsado a Pickford, ya que él y Coote se centraron demasiado en comprobar el fuera de juego. ¡Claro! Concentrados en evitar que Liverpool gane a toda costa.
Mencioné por cierto que anoche, después de que Mamardashvilli detuviera el penalty cobrado por Haaland, el VAR nuevamente detuvo el juego por un minuto para tratar de encontrar alguna excusa y así permitir que el penalty tuviera que ser cobrado nuevamente?
Por último, otra de esas decisiones injustas del PGMOL que le han costado valiosos puntos al Liverpool ocurrió también en la temporada 2023/24, en el partido en Londres ante el Tottenham Hotspur. En aquella ocasión, el VAR revisó el gol de Luis Díaz por un posible fuera de juego que, como luego se comprobó, claramente no existía. Sin embargo, el equipo del VAR, encabezado por Darren England, no informó correctamente al árbitro principal, Simon Hooper, de que el jugador estaba en posición legal.
El encuentro continuó sin validar el tanto, y fue solo después, cuando el operador de video repetición advirtió a England del error, que se confirmó que la revisión inicial tenía como propósito determinar si Díaz estaba habilitado. El asistente del VAR, Dan Cook, reconoció que se había tomado una decisión equivocada. El gol no se corrigió y el Liverpool terminó perdiendo 2-1, en un episodio que el propio PGMOL calificó más tarde como “un error humano significativo”.
Al inicio de la temporada pasada, el Arsenal recibió varias decisiones arbitrales cuestionables, incluyendo una serie de tarjetas rojas que impactaron significativamente algunos de sus encuentros. Esto ocurrió cuando se consideraba que el Arsenal era el principal obstáculo para que el Manchester City conquistara nuevamente la Premier League.
Sin embargo, con el tiempo quedó claro que el Liverpool era en realidad la mayor amenaza, aunque fue inicialmente desestimado, quizá por haber perdido a Jürgen Klopp. El técnico alemán dejó al Liverpool alegando cansancio, pero ¿se habrá cansado realmente de la intensidad de esta liga o más bien de la injusticia que prevalece partido tras partido?
En fin, tal vez algún día sea mayormente aceptable hablar sobre algo que la sociedad inglesa y los aficionados al fútbol a veces preferimos ignorar como si no importara: el impacto geopolítico de cuando un estado, como en el caso del City con el Abu Dhabi United Group (o el IPF en el Newcastle o Abramovich en el pasado con Chelsea), adquiere un club y distorsiona no solo la competitividad financiera del deporte, sino también su esencia, convirtiéndolo en un vehículo de poder blando y legitimación internacional. Referente a esto, el buen Barney Ronay nos regala esta magnifica pieza de periodismo sobre el que vale la pena reflexionar.
Dejo hasta ahí el breve resumen de injusticias cometidas por la PGMOL, y vamos a las estadísticas del encuentro.
Era el año 2012 la última vez que los Reds perdieron cuatro encuentros consecutivos fuera de casa, y acumulan ahora 20 derrotas seguidas en liga cuando llegan al medio tiempo con una desventaja de dos goles.
El encuentro también dejó varios datos llamativos: por primera vez en la historia de la Premier League, el Liverpool sufrió dos anulaciones subjetivas del VAR en su contra en un mismo partido (al menos según los registros disponibles). Además, los tres goles del City provinieron de oportunidades con un valor conjunto de apenas 0.11 goles esperados (xG) 0.06, 0.02 y 0.03 respectivamente, es decir, 0.04 menos que la ocasión que Cody Gakpo desperdició con el marcador 0-2.
Con ello, el conjunto de Guardiola se convirtió en solo el quinto equipo en 2025 en anotar tres goles sin penales con un xG total por debajo de 0.8 xG, bastante eficaces, aún con las ayudadas del arbitraje.
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